Cultivando la paciencia, aprendiendo a iluminar

Sinceramente, creo que podría dejar esto en únicamente el título del post, poner el par de fotos que he elegido en esta ocasión y dar por cerrado el tema.

Pero no; no va a ser tan fácil, y precisamente la clase de esta semana fue de todo menos sencilla.

Dedicamos la clase a evaluar la luz a aplicar a un bodegón, aunque yo casi diría que lo dedicamos a la foto de producto, y a la complejidad que hay detrás de una foto a nivel de medios, luces, y producto a fotografiar.

El objeto, no fue otro que un bote de Esencia de Loewe, y espero que lo conozcáis y lo tengáis en la cabeza, porque cualquier parecido de mis fotos con la realidad es pura casualidad.

Por un lado estuvimos buscando la eliminación de los reflejos que sobre todo aparecían en el tapón dorado y a la vez buscábamos obtener la transparencia del bote.

Tratar de lograr así supuso que fuera una clase de mucha prueba, mucha búsqueda de soluciones y cambios de fondo, cambio de paredes, luces, difusores etc….

A nivel de espacio, usamos un fondo blanco y dos paneles formando un trapecio cuyo largo corto estaba más cercano a nuestra posición y el lado más largo al fondo. Sobre una mesa, un pad de piedras de atrezzo y el bote de perfume y la parte de arriba de un maniquí por detrás del jarrón. El panel de la derecha en blanco mientras que el panel de la izquierda, negro.

A lo largo de la clase, fuimos añadiendo una especie de papel flexible negro para ir eliminando reflejos y tratando de quitar luz a las piedras para que no restaran foco al bote.

A nivel de luz, las fotos se hicieron con la luz de la habitación apagada, y dos puntos de luz, uno debajo de la mesa aunque en esta ocasión en una posición más elevada que en la clase anterior apuntando al fondo blanco y otro de manera lateral en la parte izquierda, en la que la pared era negra. Es decir, quedaba a un lado de los alumnos apuntando de manera diagonal la escena. Con este punto de luz que iluminaba la escena es con el que más probamos distintas posiciones para tratar de buscar la mejor iluminación y la eliminación de reflejos no deseados.

Viendo los resultados, creo que tendré que seguir trabajando la iluminación y la paciencia….

Jugando con la refracción.

Esto de empezar la semana con una sesión de fotografía hace que mejore sustancialmente el inicio.

En esta ocasión, hemos decidido no dejar de lado el agua y afrontar la propuesta del profesor de tratar de emular la foto de Lucia Lamata en el post adjunto

Por mi parte, también quise aprovechar y empezar a usar más el Nikon AF-S DX Nikkor 35 mm f/1.8 G que tengo. Una focal fija que me obliga a acercarme mucho más y casi ser participe de la escena. Quizás no sea la mejor focal para esto, pero bueno, me pueden las ganas de aprender a usarla y usarla.

Para intentar emular en cierta parte esta foto, lo hicimos del siguiente modo:

  • A nivel de espacio, usamos un fondo blanco y dos paneles formando un trapecio cuyo largo corto estaba más cercano a nuestra posición y el lado más largo al fondo. Sobre una mesa, con una tela negra, un jarrón con el agua ( en el que luego probamos introduciendo otro jarrón dentro) y la parte de arriba de un maniquí por detrás del jarrón. El panel de la derecha en negro mientras que el panel de la izquierda, blanco para que nos aportara más luz, y generase menos reflejos sobre el maniquí y el agua.
  • A nivel de luz, las fotos se hicieron con la luz de la habitación apagada, y dos puntos de luz, uno debajo de la mesa apuntando al fondo blanco y otro de manera lateral en la parte izquierda, en la que la pared era blanca. Es decir, quedaba a un lado de los alumnos apuntando de manera diagonal la escena. Con este punto de luz que iluminaba la escena es con el que más probamos distintas posiciones para tratar de buscar la mejor iluminación y la eliminación de reflejos no deseados.
  • Las luces en este caso eras continuas, blancas y al mínimo de potencia.

En esta ocasión a nivel de configuración de exposición, velocidad, iso, etcétera tuvimos libertad inicial.

Mucha preparación, mucha prueba y los disparos justos y necesarios hasta conseguir una foto con la que nos sintiéramos contentos.

Aparentemente podría parecer sencillo, pero al trabajar con cristal, agua y buscar los reflejos deseados, hacen que se convierta en todo un ejercicio de ensayo y error. Eliminar los reflejos no deseados, una iluminación que no interfiera a la vez que permita iluminar, el espacio disponible, hicieron que la clase se convirtiera en una gymkana.

Cómo en otras ocasiones, si bien tenemos una premisa inicial, la clase va evolucionando hacía las propuestas de cada uno y/o a medida que las musas nos visitan.

Os dejo la foto que más me gustó de las que hice.

En ella como se puede observar, esta muy alejada de la idea inicial y varios fallos técnicos, como es un par de reflejos en el maniquí provenientes el foco usado. También aunque la forma del jarrón usado se puede observar, queda bastante oscurecido, respecto a la imagen de la que partía el ejercicio.

El caso es que precisamente esa oscuridad, y esos colores obtenidos en parte por el balance de blancos usados es de lo que más me gusta. Una imagen dividida en dos iluminación tenue a la izquierda y oscuridad a la derecha separados por la misma oscuridad que tiene el mar cuando se observa desde arriba en mar abierto. Además, en la zona más oscura de la foto aparece la figura del maniquí como si nos recordase que la luz de alguien, no tiene porque desaparecer en la oscuridad e incluso parece enfrentarse a ella.

Así como una especie de making off, en la cual se puede observar uno de los focos usados, y como difuminamos la luz, al tiempo que se muestra una cámara tapando parte de la cara del maniquí pero viéndose el reflejo de este en el jarrón

Más la próxima semana.

Congelando el momento en estudio

Nueva semana, nueva clase de fotogra´fía.

No he querido subir antes este post por no solaparlo con el de la Xtreme, no vaya a ser que mis seguidores se sientan abrumados con tanta información junta 😛

Bueno, volviendo al tema. Clase realmente divertida en la cual empezamos a usar el estudio fotográfico y el material, que en muchos casos como el mío no es accesible, ni espacio ni dinero.

La idea fue congelar el movimiento. La foto que ejemplarizaba la práctica era esta

Para intentar llegar a esta foto, lo hicimos del siguiente modo:

  • A nivel de espacio, usamos un fondo blanco y dos paneles negros formando un trapecio cuyo largo corto estaba más cercano al fondo blanco y el lado más largo donde nos ubicamos para la realización de la foto. el vaso usado, se puso sobre una pizarra de rotuladores blanca.
  • A nivel de luz, las fotos se hicieron con la habitación apagada, y dos puntos de luz, uno debajo de la mesa apuntando al fondo blanco y otro de manera lateral en una de las esquinas del lado largo del trapecio. Es decir, quedaba a un lado de los alumnos apuntando de manera diagonal la escena.
  • Las luces comentadas eran dos flashes sincronizados entre ello y a su vez, cuando fuimos disparando por turnos, sincronizando con nuestras cámaras. Sorprendentemente, se sincronizó sin problemas con mi nikon D60.
  • No solo era importante la sincronización entre cámara y flash, sino que el componente humano era tremendamente importante. Teníamos que capturar el momento en el cual el objeto ( en esta caso un dado) chocaba con el agua. Este dando era soltado por otro compañero a la voz de 3.

A nivel de fotografía medimos con un fotómetro y empezamos tirando con 160 y F11 como base, a partir de ahí, cada uno fue jugando buscando su mejor foto.

En mi caso creo que la que mejor salió fue esta:

El resto de la clase, fue ver al resto de compañeros, aprender de ellos y porqué no tratar de hacer alguna foto aprovechando el disparo de los demás. Claro esta que estas pruebas quedarían muy alejadas de lo que era el fin de la clase, pero aún así salieron cosas interesantes. Os dejo una.

Fotografiando bodegones vintage

Un nuevo lunes, una nueva clase de fotografía.

En esta ocasión , tratando de aprovechar el ratito de luz que aún hay a la hora de clase, nos centramos en la realización de bodegones en exterior.

Nunca ha sido un tipo de fotografía que haya practicado y se nota. Aparte, es la segunda clase y ya se me olvidó llevar el trípode, seguro que a lo largo del curso un día voy sin batería, otro sin tarjeta y otro sin cámara. Tiempo al tiempo.

La finalidad de la clase. Tratar de aprovechar la luz que había mediante el uso de reflectores caseros y espejos para fotografiar un objeto. El objeto, nada más y nada menos que mi cámara Werlisa color.

La verdad, no he quedado para nada contento. Partiendo que no es un estilo de fotografía que suela realizar, la poca luz que teníamos y disparar a mano alzada por olvidárseme el trípode, no estén mal pero espero que cuando hagamos cosas parecidas en el estudio, pueda captar mejor la luz y el objeto y quedar más contento.

Os dejo aquí un par de fotos

Aprendiendo de Alekséi Titarenko.

Para muchos de nosotros, el inicio no es el uno de enero, sino más bien el mes de septiembre donde se recupera la rutina y tras cuadrar agendas, puedes iniciar, recuperar, probar, algo.

En mi caso, este año ha sido la fotografía.

La primera práctica del curso es aprender la técnica usada por Alekséi Titarenko en algunas de sus obras más reconocidas.

Artista estadounidense nacido en Leningrado, entro en contacto con la fotografía a la edad de 8 años, y ahí sigue, porque en el momento de redacción de este post, esta vivo 😛 .

Parte de su obra se focaliza en la fotografía en blanco y negro, con tiempos largos de exposición con lo que logra convertir los objetos en movimiento en fantasmas que transcurren a lo largo de la fotografía.

Os dejo un análisis del fotografo realizado por Rober Tomás

También os dejo aquí su web

Mis conclusiones es que la técnica para lograr este tipo de fotografías, se basa principalmente en el tiempo de exposición para lograr generar ese movimiento y la apertura de diafragma para captar los detalles pero sobre todo para gestionar la luz y no «quemar» la foto

Después de 55 instantáneas a lo largo de la clase en la que aprovechamos el atardecer y el inicio de la noche con sus luces , tocaba vuelta a casa y el trabajo de selección de fotografía para la clase.

Finalmente la foto que elegí para presentar a mis compañeros fue esta.

De todas elegí esta, debido a que siento que el camino y las farolas me han ayudado a marcar la acción de las personas y por tanto la técnica. Así mismo la mezcla de urbanismo con un edificio de ladrillos blancos, acentuado por ser la foto en blanco y negro, con el jardín de árboles plasma el vivir de la localidad de la foto, donde aún se puede disfrutar de varias zonas verdes.

También os dejo otras dos fotos de la misma práctica.

Por desgracia, si bien la foto no me disgusta y buscaba precisamente ennmarcar el movimiento entre el edificio y el árbol, creo que la farola y la papelera principalmente se han convertido en el centro de atención. Además, hay personas que se «están fugando» de ese marco imaginario que buscaba, indefiniendo el tronco del árbol. También tengo la sensación que el uso del color en este caso, elimina parte del encanto de la foto.

Quizás esta haya sido la foto que más me ha gustado, era ya de noche y podemos observar las luces y el movimiento en primer plano. Además en este caso un movimiento de atrás hacía delante lo que te lleva a sumergirte en la oscuridad final de la foto. No la elegí, porque siento que al haber usado una iso alta, la foto me ha generado algo de ruido y a pesar de haber usado trípode, tengo la sensación de algo de trepidación.

PHotoESPAÑA2025. By Pass. La frontera del signo. Lotty Rosenfeld

La verdad es que voy bastante tardío con este post ya que la exposición terminó el 07/09/2025, pero la historia de la artista me ha llamado tanto la atención que he decidido escribir un poco sobre ella.

La Exposición llamada «By Pass. La frontera del signo» es una retrospectiva sobre la obra de Lotty Rosenfeld.

Lotty Rosenfeld (1948-2020) era una artista chilena centrada en la fotografía y el video.

¿Qué es lo que más me ha llegado de su obra? Su historia, sus inicios. Como muchos artistas su activismo se entrelaza íntimamente con su obra. Y tanto su obra como su activismo tiene su inicios en su país natal CHILE, y nada más y nada menos que durante la dictadura. Por poner un ejemplo de lo que podía suponer ir en contra, os dejo el enlace de los más de 1200 detenidos desaparecidos reconocidos durante dicha dictadura.

De la obras expuestas, la que más me llenó fue «Una milla de cruces sobre el pavimento» de 1979. Aúna su activismo político llevando a cabo la creación de cruces a lo largo de carreteras aprovechando la señalización de las mismas, con la creación de un documental a partir de la gran cantidad de documentación fotográfica y videográfica que realizó.

Recordemos que dicha obra se realizó haciendo uso de lo público de manera reivindicativa durante la dictadura de Pinochet.

Si bien inicialmente se realizó a lo largo de una milla de una zona urbana de Santiago de Chile, posteriormente se ha visto extrapolada a otros puntos del mundo como Sevilla, París, Londres o Berlín.

Así mismo esta obra fue un hecho fundacional para el Colectivo Acciones De Arte ( 1979-1985), formado por un grupo variopinto de artistas que busco en todo momento los límites de sus obras con un fin crítica contra la dictadura.

Os dejo un enlace al video del instagram del museo nacional de bellas artes de chile referenciando a dicha acción artística.

Sin duda, su historia e inicios me han fascinado más que sus posteriores trabajos videográficos.

Por último, comentar un poco la ubicación de la exposición. En este caso fue en el círculo de bellas artes de Madrid. Edificio más que interesante, por dentro y por fuera. con unas vistas privilegiadas desde su terraza, pero en el que entrar a ver las exposiciones o subir a la terraza y/o tomar algo en la misma, harán que tu cartera se resienta. Es uno de esos sitios en los que se puede aplicar un «una vez al año, no hace daño».

Os dejo alguna de las fotos que realicé. Por desgracia, no he testado la cámara después de haberla reparado y la lente estaba sucia, pero bueno, sirve para aprender.

Mi Coast to Coast 2024 particular.

Y nuevamente el año de la marmota. Debido a vicisitudes de la vida laboral, este año me he encontrado con un montón de horas libres por las horas extras realizadas.

Así que gracias a la comprensión y ayuda de mi familia, me embarqué en una nueva aventura en solitario.

La semana elegida, del 16 al 20 de septiembre como mucho. y como siempre muchas ideas/dudas/miedos en la cabeza. Hasta el punto que no empecé a hacer la reserva de hoteles hasta el día 15 de septiembre..

El plan al final, consistiría en bañarme en el Mediterráneo y en el Atlántico. Y rellenar los huecos hasta conseguir, tratando de parar y disfrutar de la fotografía con mi cámara digital ( una Nikon D60 del 2009, admito donaciones 😉 ), viendo lugares a los que posiblemente no arrastraría a mucha gente, y disfrutando de la soledad.

Una de las cosas a las que te obligas cuando viajas en moto, es tratar de minimizar el equipaje, siendo las cosas tecnológicas y la equitación de moto lo que sin duda más ocupa.

En Madrid, hacía fresquete y en principio las temperaturas ibas a ser suaves, por lo que decidí llevarme la equipación de invierno que es multicapa y los vaqueros de moto por si acaso. También las botas de moto. Ropa de calle, bañador, chanclas, zapatillas. La gopro 3+ silver que lleva conmigo un montón de años, mi nikon D60 y baterias y accesorios varios.

Todo ello iba repartido entre el cajón y mi petate Shad. En esta ocasión iba a dejar la moto cargada en más de una ocasión y alejarme de ella. Por lo que decidí hacerme con un par de candados y un par de cables de acero para por lo menos ponérselo complicado a los cacos. He algún tiempo descubrí unas bolsas metálicas para ponérselo un poco más difícil a los amigos de lo ajeno, pero el precio sumado a las pocas veces que lo usaría han hecho que buscara alternativas.

Día 1. Lunes. Madrid – Ronda.

Antes es la obligación que la devoción. Así que una vez terminadas las labores familiares, tocó cargar la moto y salir de Madrid. El destino final era la ciudad de Ronda. Harto de ver fotos de su famoso puente, quería verlo en directo por mis propios ojos.

Este primer día de moto, resultaría un poco monótono. ya que la inmensa mayoría del viaje discurrió por autovía.

La curiosidad mató al gato, y yo, podría estar muerto una y mil veces por mi curiosidad. Así que la primera parada fue en el archifamoso Casa Pepe de Almuradiel. Siempre que había salido en la tele o había visto algo relativo a este sitio, me parecía algo irreal. Así que tenía curiosidad en saber cuanto había de real y cuanto de leyenda.

Que decir, me llamó la atención la cantidad de coches que había en el parking, paré, estiré las piernas, asomé la cabeza y viendo la cantidad de gente haciendo cola para pedir, sumado a la poca luz, un ambiente asfixiante, recargado y extremista, volví a salir, me preparé y seguí camino. Mis ganas de almorzar habían desaparecido por completo. Sin duda, un sitio más que curioso, seas del signo político que seas. Será muy difícil quedarte indiferente si paras en él.

Finalmente paré a comer y echar gasolina en el Hotel Restaurante el Oasis. Sitio donde comer tranquilamente y hacer una pausa larga. Ya en esta parada, empezaba a notarse el viaje al sur y empezó mi particular striptease motero. Fuera camiseta técnica y forro térmico de la cazadora.

La parada también sirvió para realizar uno de mis primeros avistamientos de deportivos. Nada más y nada menos que un Ferrari Purosangue. Cuanto daño esta haciendo la cultura del suv!!!.

Seguí mi bajada al sur, por la autovía, avistando de vez en cuando señales de «Atención Linces» que en mis recorridos habituales nunca hay.

A medida que el día avanzaba y bajaba más hacía el sur, el calor apretaba, por lo que primero paré a quitarle el forro de lluvia a la cazadora y cuando ya no aguanté más, a quitarle el forro a los pantalones, algo que había estado evitando por el embrollo de tener que quitarme las botas, el bolso motero que va sujeto a la pierna, etc…

La idea inicial era que si iba con ganas y tiempo, parar en el caminito del rey para ver al menos algo por fuera, ya que hacía mucho había leído que para acceder a él, hay que pasar un túnel de tren. Finalmente lo dejé para otra ocasión, pero me sirvió para ir adentrándome por carreras más mundanas y menos frecuentadas, como fue el caso de la MA-5404 (que no se encuentra en google maps, y finalmente he encontrado como C-341).

Cuanto menos sorprendente dicha carretera, aparte de divertida, me dio la posibilidad de ver el «Tajo del molino» en una especie de pedanía y tener un ratito de charla con un furgonetero que se encontraba con su perro al fresco debajo del puente, tocando el Yembé y fumando un cigarro bien aliñado.

Comentamos lo bonito del sitio, y tras preguntarme de donde era y de donde venía, le conté mis planes de viaje. Curiosidades de la vida, el acababa de subir de uno de mis destinos y me pidió que tuviera cuidado con la moto pues hacía poco un amigo suyo había perdido la vida.

Esa sería mi última parada. Encharcado en sudo, cogí camino a Ronda, llegando a mi primer hotel. El Hotel San Franscisco resultó ser un acogedor hotel, ciclistas friendly y con una buena ubicación y a buen precio. ( recomiendo consultar su web para reservar). Por un pequeño suplemento, pude meter la moto en el parking de bicicletas, lo que me permitió poder descargar y cargar la moto de manera tranquila.

Ducha, dejar aireando la ropa de la moto, charla con el recepcionista para pedirle sugerencias y a patear Ronda.

De camino a la primera parada que era la plaza de toros, bajé por la calle más comercial, lo que me permitió hacer unas primeras compras típicas de turista La plaza de toros se encuentra al lado de la oficina de información.

Independientemente de si gustan los toros o no, Tiene un museo dedicado a la doma de caballos ya que la plaza fue construida como en anexo a la Real Maestranza de Caballería de Ronda . Una nueva anécdota de este viaje es que coincidí con un rodaje , por lo que la visita fue más entretenida aún viendo como lo preparaban.

Luego vendría el plato fuerte, visitas el Puente nuevo . Se puede ver desde varios sitios y es un puente en uso, por lo que se puede cruzar, pero sin duda su majestuosidad solo puede ser observada desde la parte inferior, por lo cual recomendaría llevar algo de agua, calzado cómodo ganas de andar y si vas a verlo al anochecer como yo, una linterna pequeña.

Por fin cumplí una de mis metas en este viaje. La única razón por la que cargué con el trípode todo el viaje, fue poder hacer alguna foto nocturna al puente. Si bien, los resultados no han sido los esperados, la tranquilidad que me transmitió ver atardecer en las paredes del puente es inexplicable.

Tras una costosa subida, cené en Pura cepa . Recomendaría hacer uso de su zona interior, más tranquila que la terraza, y disfrutar de la visión del amplísimo catálogo de vinos que tiene como del hall del hotel al que pertenece.

Paseo nocturno y a dormir. Este lunes se había saldado con un paseo por Ronda de unos 6 kilómetros y 617 kilómetros.

Día 2. Martes. Ronda – Tarifa.

Hoy era el día grande del viaje. El motivo y fin último del mismo. Un Coast to Coast en mi cabeza no esta hecho, si no esta acompañado de un baño en cada uno y hoy era el día elegido. Bajar de Ronda hacia Málaga, bañarme en el mediterráneo, llegar a Tarifa y bañarme en el Atlántico. El resto del viaje, era un regalo, eran guindas de uno de los mejores pasteles que un aplv pudiera comer.

Aproveché la situación del hotel para dar un paseo por Ronda antes de coger la A-397.

Esta carretera, estrecha, con líneas eternas continuas, unas vistas de la sierra malagueña, me depararía un par de sorpresas antes de llevarme a uno de mis destinos. La principal sorpresa fue que esta carretera pasa por la urbanización La Zagaleta . Supongo que el motivo del resto de sorpresas es precisamente que este ese refugio de millonarios en dicha carretera. Un par de controles de carretera, uno al principio y otro al final del tramo que discurre más cercano a esta urbanización. Ya se sabe, que no le falte de nada a los ricos….

Al poco llegué a uno de mis destinos marcados. Llevaba tiempo queriendo ver como era el puerto de Puerto Banus y si destilaba el lujo que desde fuera parece y ver algunos superdeportivos.

Aparqué en el exterior de la zona del puerto tras haber dado un par de vueltas con el afán de encontrar un sitio que me pareciera seguro. Con la equipación de moto y el casco a cuestas, pero dejando el resto del equipaje en la moto. Esta era una situación de las que antes del viaje me preocupaba, y motivo por el que había comprado un par de candados y un par de cables de acero.

Puerto Banus , un sitio bastante curioso. Mucho pobre visitante como yo, viendo como ricos alejados de la realidad viven y gastan en su burbuja.

En fín, no tengo mucho más que contar al respecto, salvo decir que cumplí mi objetivo, ver superdeportivos y yates que solo podría comprar juntando el salario de mil vidas con suerte. Os dejo aquí algunas fotos.

Es una muestra de los coches que vi. A lo largo del tiempo, iré subiendo otras fotos de coches a mi instagram, por lo que si te gustan los coches, te invito a que lo visites.

Una vez hecha la visita y paseado un poco por allí, me volví a poner en marcha. Como persona de interior, siento una felicidad especial, estando cerca del mar, por lo que cogí la A-7 buscando un sitio donde cumplir la mitad del plan. Bañarme en el Mediterráneo.

Como este viaje, se trataba de hacer cosas diferentes, que quizás acompañado sería más complicado, abandoné mi búsqueda de playa nudista en el Mediterráneo, y acabé parando en la Urbanización Arroyo Vaquero. Ahora, buscando donde me bañé para ponerlo en el blog veo los precios de las viviendas. ¡¡¡ Ya decía yo, que tenían buena pinta!!!! . No sé que les parecería que de la nada apareciera un aprendiz de naturista y se diera un baño xD.

Después del baño, secarse, volverse a poner la equipación tocó reiniciar la marcha pensando en donde parar a comer. La verdad es que en el tema comida he ido totalmente a la aventura algo que quizás para un aplv puede ser un poco locura, pero aquí seguimos y sin llevarme ningún susto en el viaje.

Finalmente a la altura de Manilva paré en Seaside Grill & Bar . Situado en lo alto de un acantilado , tiene una vista privilegiada. Parece increíble que estando al pie de la carretera, su terraza sea un remanso de paz. Un plato combinado que constaba de un filete de pollo, patata asada y ensalada, acompañado de una Pepsi y rematando con un café con hielo. Posiblemente habrá sitios mejores, los habrá más baratos, con una carta de alérgenos mucho mejor, pero yo, ese día, salí encantado y con la idea que repetiría.

Seguí por la A-7 hasta enlazar con la N-340 en Algeciras. Desconozco si era porque ya estaba un poco cansado, si por el calor, si por sufrir atascos cuando pensaba que no tendría ninguno, pero Algeciras, desde la moto no me gustó. No lo pateé y he visto en google que hay varios sitios que me podrían gustar, pero la realidad es que a día de hoy, no es una ciudad que me llamé para visitar.

Aunque pensaba haber llegado al hotel sin parar, Acabé parando en el Observatorio de Aves de Cazalla perteneciente a Tarifa. La verdad es que no se si paré impulsado por las vistas y pensando que serían increíbles ( como así fueron) o si paré debido al viento que había y que me trajo los malos recuerdos del viaje del año pasado.

Finalmente tras 133 kilómetros llegué al Hostal El Levante. La rutina era la misma. Check-in, despojarme de la equipación de moto que tuve aireando durante mi estancia en Tarifa, y salir a conocer el lugar.

Respecto al Hostal, un bungalow amplio, con un aseo bastante apañado, limpio, con una terracita con mesas y sillas. Personalmente me evocaba a las películas americanas. El personal, muy atento y el hostal estaba a rebosar de aficionados a la ornitología, lo que hacía una delicia para un aficionado a la fotografía, ver como preparaban sus cámaras y teleobjetivos. Sin duda, es un sitio en el que volvería a reservar, ahora bien como aviso a navegantes: Es más un B&B, por lo que no esperes servicios fuera del horario de desayuno. Y como creo que ocurre en todos los hoteles y hostales de la zona, estas obligado a usar vehículo.

Para completar la jornada, me faltaba la segunda costa del Coast to Coast. Pregunté a la recepcionista por una playa nudista y me comentó que no sabía a ciencia cierta, pero que le sonaba que en playa Bolonia había una zona nudista.

Dicho y hecho. Cuando llegué a la playa, coincidí con una patrulla de la policía municipal. Apremiado por la hora ya que eran más de las 18, les paré y pregunté por la zona nudista. Muy amablemente, me indicaron cual era y me aseguraron que la zona es segura y tranquila.

Una vez cumplido el objetivo del viaje, paseé tranquilamente por la playa, viendo una de los muchos búnkeres que hay en esta zona, así como por las zonas protegidas para la fauna y flora. Un sitio así y el haber completado el plan inicial del viaje, merecía hidratarse de la manera más adecuada. Creo hasta el momento es la cerveza que mejor me ha sabido en la vida!!

Ya atardeciendo, fui a visitar Tarifa. Paseé por sus calle para acabar dando a la isla de Tarifa. Una pena que estuviera cerrada y que no entrase en mis planes visitar el pueblo más que ese día. Pero al menos, si que hice la foto que todo el que ha ido allí tiene.

Como curiosidad. Me encontré con un motero que se atrevió a llevar la moto hasta ese punto y al que le hice las fotos. Estuvimos charlando unos minutos allí. No creo que jamás de con este blog, pero espero que las fotos al anochecer que le hice, salieran como querían.

Ya de vuelta al hostal, cené en un restaurante que la propia recepcionista me había recomendado. Pachamama . Sitio amplio, con terraza, buen ambiente y podría ser que sitio de moda por la afluencia de gente de la zona. Me gustó y me pillaba tan cerca del hostal que al día siguiente repetiría.

Al final, este martes termino con alrededor de 150 kilómetros en moto y un paseo por Tarifa de 6 kilómetros.

Día 3. Miércoles. Tarifa – Gibraltar – Tarifa.

Hoy era el día perfecto para iniciar la reconquista de Gibraltar a lomos de mi V-strom. Bueno, hubiera sido el día perfecto si no me hubiera dejado los papeles de la moto en el taller cuando hice la revisión. Así que mis planes de cruzar una frontera con la moto, quedaron descartados. La moto se quedó en España y yo ,conocí Gibraltar.

No me apetecía repetir mucho carretera, por lo que intenté ir hacía el interior y así evitar un poco el aire. Al final, no lo logré, pero descubrí la CA-9210 que es una carretera estrecha, con un poco de pendiente, que discurre entre fincas y en la cual pasar un buen rato motero despreocupado. También sirvió para poder parar en un parque eólico y tirar algunas fotos a la moto en ese paraje y a los molinos.

Atasco nuevamente en Algeciras y directos a Gibraltar.

El viaje en moto del día 3 se reduce exclusivamente a un viaje del punto A al B y vuelta. Si bien la ida fue más entretenidoa. La vuelta fue ya rutina; atasco al cruzar Algeciras, viento en el puerto que se hace de camino a Tarifa…

Merece la pena patear Gibraltar. Te dejo lo que considero un «must» si vas:

  • Cruzar andando para así cruzar a pie la pista del aeropuerto.
  • Llevar calzado cómodo e ir pronto si vas a estar solo un día es casi obligatorio. En mi caso, me dejé mucho por patear. Sin duda volver´é.
  • Si te gusta la fotografía, y tienes una reflex, llévate un objetivo versátil. Estoy seguro que querrás hacer fotos a las cabinas, algo de street, a los monos, pero también en la cima del peñón, a las vistas y detalles como el aeropuerto, el campo de futbol, barcos, etc….

Después de la pateada No tenía muchas ganas de turisteo y no tenía claro que haría al día siguiente. Si Tarifa- Madrid o haría noche en otro sitio, ya que empezaban a dar avisos de lluvia. Así vuelta a la moto, atasco en Algeciras, cena en Pachamama y a dormir.

El día se acabo con 140 kilómetros de moto y 17 de paso andando.

Dia 4. Jueves Tarifa – Puebla del Alcocer

La televisión anunciaba lluvias. y ya no me quedaba mucho apuntado que hacer, o mejor dicho, poco de lo que tengo apuntado, me venía realmente bien.

Tenía claro que quería pasar el Guadalquivir en barca desde que supe que se podía hacer. Una vez hecho eso, ya decidiría que hacer, si tirar a Madrid directamente o quedarme en algún sitio y hacer noche.

Y así hice, desayuno, cargar la moto, check-out, y nuevamente a la n-340 esta vez dirección Cádiz, lo que me permitió disfrutar de esta carretera que discurre paralela al mar. Posteriormente autovía hasta llegar cerca de Coria del Rio. Sitio donde se coge el ferry.

Para un viajero no aventurero, para un dominguero de la vida, es una oportunidad única. Por solo 2,5 euros la moto, tienes la experiencia de, esperar un ferry, montar en él, cruzar un rio, y sacar la moto del ferry. Vives el «miedo» de pasar con la moto por una plataforma totalmente metálica, es decir, adherencia la justa. Y te explota la cabeza, porque cuando cruzas el rio, el barco no describe una trayectoria recta. Y todo eso, cerca de Sevilla y con un precio más que ajustado. Os dejo la web de la empresa que gestiona el viaje aqui. Y lo mejor de todo, es como un transporte publico, es decir con un horario bastante amplio y continuado.

Una vez hecha la jaimitada. tome rumbo a Madrid, sin tener muy claro que hacer. Crucé por las afueras Sevilla y cogí la A-66, también llamada ruta de la plata.

Cuando paré a comer, en un bar restaurante cerca de Monesterio, tuve claro que anochecería antes de llegar a Madrid, y revisando los sitios guardados a visitar alguna vez, replanifiqué el viaje.

Llamé a un hotel que tenía echado el ojo en Puebla del Alcocer, reservé, y cogí carreteras secundarias con el fin de realizar la segunda «locura» del día.

Atravesé pueblos como Bienvenida o Helechal camino a La Siberia, donde se encuentra la mayor «rotonda» de europa que sirve para salvar el Cerro Masatrigo.

Sin duda es algo digno de ver. Apúntatelo, y si alguna vez pasas cerca, vete a hacerla. Una rotonda de 2,6 kilómetros de diámetro, de sentido único y solo 2 salidas.

Ya estaba cerca del destino final del día. Aprovechando que aún quedaba luz, pasé antes de hacer el check-in por el castillo de Puebla del Alcocer. Totalmente recomendable puesto que esta a medio camino de recuperación y medio derruido. Muy lejos de aquellos castillos reformados y totalmente recuperados, te permite dar un paseo tranquilo y admirar sus vistas.

Realicé el check-in en el hotel Balhondo Open Village justo a tiempo ya que empezaban a oirse truenos y caer las primeras gotas. Un sitio con mucho encanto, y que sin duda se disfruta muchísimo más si hay gente. Una recepción y zona común preciosa. La habitación espaciosa, y cómoda. Tras la rutina de los ´´ultimos días, me lancé a la búsqueda de un sitio para cenar, lo que acabo suponiendo un paseo hasta las afueras del pueblo, siempre con la amenaza de la lluvía. Por suerte encontré el El anafre donde pude disfrutar de un unos huevos con patatas y jamón tamaño XXXL rodeado de paisanos viendo el futbol.

Mi cuarto día finalizó con alrededor de 500 kilómetros en moto y unos 5 kilómetros de paseo.

Día 5. Puebla del Alcocer – Madrid

Ya tocaba volver a casa. La idea era llegar para la hora de la comida, pero el día se fue complicando….

Curiosamente, los dos únicos clientes del hotel esa noche, éramos moteros. Vi una triumph con matricula francesa al lado del hotel, pero no pensé en ese momento que estaría alojada en el hotel. Por desgracia, cuando bajé a desayunar ya acababa de cargar su moto y solo pude oir rugir su motor y marcharse.

El día se había levantado tan feo como terminó el día anterior, una pequeña llovizna continua y muchas nubes oscuras que amenazaban más agua.

Después de un buen desayuno, y un paseo por la planta baja del hotel procedí a vestirme de motero, cargar la moto y retomar mi camino.

Salí del pueblo y busqué la N-502 para subir hacía Madrid. Había parado de llover y me estaba respetando la lluvia. El viaje transcurría con normalidad, ensimismado en mis pensamientos, hasta que de repente saltó una alarma en mi cabeza al ver un letrero anunciando Valdecaballeros.

Tengo muchas inquietudes, algunas más raras que otras todo hay que decirlo. El caso es que ese nombre estaba en mi cabeza. Paré y confirmé en internet el motivo por el que lo tenía en la cabeza.

Resulta que en dicho pueblo, hay una central nuclear en estado de semiabandono que no llegó a ponerse en funcionamiento nunca. Os dejo un pequeño reportaje de El confidencial y de paso os recomiendo su sección dedicada a arquitectura y urbanismo.

Por lo que había leído en su día y mirado en google maps, se podía llegar muy cerca de las instalación sin tener que realizar ninguna locura como saltar vallas y/o colarse.

Mi recomendación, usad vuestro instinto y la vista aérea de google maps y no tanto donde esta marcado ya que la ubicación es errónea. A mi me supuso pillar algo de camino, mojado , hasta que paré a hablar con un paisano de la zona que me sacó de mi error.

Hay varios puntos donde observar la central. Por desgracia yo iba con tiempo, por lo que decidí solo acercarme por la zona de la balsa de agua que teóricamente se iba a utilizar en la central.

Si por un casual, vas por allí, te llevas de regalo, pasar por un campo de tiro. Sabiendo lo que me depararía el futuro, hubiera aprovechado a pararme y cotillear más la zona; tanto la presa como el campo de tiro y el fortín que marca en google maps.

Una vez hechas fotos, y disfrutado del momento y lugar, retomé el viaje en dirección Castiblanco y posteriormente Guadisa, hasta llegar al embalse de Cijara.

La ruta no discurría por encima de la presa, pero quien se puede negar a cruzar una presa y admirar la obra de ingeniería que supone.

Ese, fue el inicio del fin de mi viaje. Crucé la presa, di media vuelta y retomé el camino hacía Puerto Rey.

Empecé a notar que algo raro sucedía. Empezaba a encontrarme incómodo sobre la moto, y notaba algo extraño. Inicialmente pensé que podría ser algo mental, quizás el cansancio, quizás el mal estado de la carretera. Pero, sentía que algo más había, y tanto que lo había….

Por desgracia, la cubierta se había rajado. busqué en el cajón trapo, agua y el liquido reparapinchazos. Limpié la zona, revisé todo y seguí las instrucciones. No se si sería porque el bote tenía mucho tiempo, si era demasiado grande, el caso es que tenía la sensación que se había salido más que lo que había entrado.

Comprobé que la rueda se había hinchado, guardé todo y salí en busca de una gasolinera para poder hincharla con la idea de que así podría acabar de solucionarlo.

Por desgracia, la moto empezó a hacer extraños de nuevo, y la rueda empezó a perder aire y líquido.

Finalmente, y teniendo por delante un pequeño puerto de montaña, decidí parar y tirar de seguro.

Que mundo el de los seguros, no sé si seré el único que lo piensa, pero para cobrar y subir la cuota aunque no hayas dado un parte, aunque seas un mas mayor, tengas un año más de experiencia y tu vehículo sea más antiguo, no tienen problema alguno, pero a la hora de hacer uso de ellos, la única sensación que tienes es la que te están estafando.

Después de media docena de llamadas al seguro, a la correduría, a la empresa de grúas, de hablar con el taller en Madrid, de pagar un suplemento porque el seguro no cubría todos los kilómetros, cerca de 3 horas en la entrada de una finca, a ratos lloviendo y a ratos no….. por fin, cargamos la moto en la grúa y pusimos dirección a Madrid.

Finalmente mi viaje acabó con 1590 Kilómetros.

La verdad, es que a pesar de todo, ha sido un viaje fantástico. Irrealizable sin mi familia, que no solo me apoya, sino que es quien me anima a hacer cosas así.

Espero poder visitar muchos más de los sitios que tengo apuntados, y si es en moto, mucho mejor. Y para ello, hay que prepararse. Adiós a los botes reparapinchazos y hola a un kit de reparación!!

Si por algún casual, estas leyendo esto y alguna vez te has planteado hacer un viaje en moto solo y no te atreves, solo puedo decirte que ¡LO HAGAS!. En mi caso, son viajes reparadores, momentos de disfrute motero, aderezado con conocer sitios nuevos, charlas con gente con la que en otras situaciones no hablarías y de introspección.

Quizás el año que viene sea la vencida y salga y vuelva a casa montado en mi moto!!!!

Gracias por llegar hasta aquí.

Os dejo el video del viaje

Review de Kodak Printomatic

La definición que me ronda en la cabeza de esta cámara desde el momento que tiré la primera foto, es la de capricho prescindible.

Hace algunos años compré para regalo una Fujifilm Instax Mini 8 y siempre he tenido ganas de tener una cámara instantánea. Realmente, este tipo de cámaras no dejan de ser un capricho que te puede dar muy buenos ratos, crear recuerdos muy bonitos pero con el coste de la impresión de la fotografía.

Pero hace poco, a través de una página de fotografía descubrí la Kodak Printomatic. y me llamó bastante ciertos aspectos de la cámara que hicieron que me decidiera a comprarla.

*-. Permite el uso de una tarjeta de memoria para almacenar las fotos que se han hecho.

*-. La impresión de las fotografías es bastante rápida sin necesidad de esperar a que se vaya revelando poco a poco. Además, el papel que usa, KODAK ZINK, es también una pegatina.

*-. El tamaño de la cámara. Frente a otros modelos, esta cámara es casi tan pequeña como un móvil. Sus medidas son 119 x 76 x 23 mm

*-. Precio de la cámara, bastante comedido. En Amazon llevan un tiempo en continuas ofertas con precios por debajo de los 50 euros dependiendo del color de la cámara.

Con todos esos alicientes, me decidí a comprarla y de momento hemos usado alrededor de 4 carretes completos.

Para empezar, la cámara es ligera, muy plasticosa. Unido a la sencillez de la cámara, con dos botones, el de encendido y el de disparar hacen que parezca una cámara de juguete. El visor esta desplazado a un lateral y muestra más de lo que finalmente se imprime en la imagen.

Respecto a los botones, son tremendamente sensibles, por lo que a la hora de llevar, hay que tener un poco de cuidado. En mi caso, se ha llegado a encender y hacer alguna foto, entando metida en la mochila.

Sin duda, una de las cosas que más llama la atención es la ligereza y el tamaño. Aunque ya sabiendo las medidas, esperaba que fuera pequeña, en las manos se nota aún más , su tamaño y peso. La hace ideal para llevar a cualquier evento y ocasión. Es sin duda mucho más portable que sus competidoras.

En relación a eventos, creo que es quizás donde mejor se desenvuelve esta cámara, perfecta para días luminosos, cita con amigos y selfies pasándolo bien.

Poco más puedo decir bueno al respecto. así que paso a detallar las cosas que me han defraudado enormemente de esta cámara, que son dos:

*-. Calidad de imagen. Francamente escasa. Disparar con esta cámara es una lotería, tan pronto puede salir una foto con una calidad bastante decente, como salir una foto en la cual las caras están difuminadas. Para muestra, dejo una foto sacada en una playa en pleno mes de junio en la cual estábamos tratando de sacar el mar desde la orilla con unos barcos al fondo.

*-. Y la otra gran decepción. No almacena todas las fotos en la memoria. Es verdad que antes de comprar la cámara habíamos encontrado poca información al respecto y posteriormente en la documentación de la cámara tampoco encontramos gran cosa. El caso es que pensábamos que todas las fotos hechas, además de imprimirlas, se quedarían almacenadas en la tarjeta sd. Pero la realidad no es esa, es más, después de 4 carretes de 10 fotos aún no tenemos claro que fotos almacena y cuales no. Aparentemente solo almacena las fotos que no ha podido imprimir.

Por todo ello, en mi opinión, no merece la pena comprar esta cámara y si invertir un poco más en alguna de sus competidoras, como puede ser las de la marca Fujifilm, aunque sean más voluminosas y pesada. Creo que la mejor definición que podría darle es la de «un capricho prescindible«, que te dará buenos ratos que quedarán más en tu memoria que impresos por la cámara.

Review cámara Sony DSC-HX60

He de decir que más que una review, se trataría casi de una retroreview ya que tengo la cámara desde finales del 2015, alrededor de 1900 fotos y 3 horas de grabación de video. Números que sin duda anticipan el poco uso que he acabado dándole a esta cámara.

También comentar que si bien me gusta hacer fotos, mis conocimientos al respecto son básicos, por lo que estos comentarios, esta review le puede venir bien a alguien que no tenga mucho conocimiento de fotografía y quiera una cámara de una gama por encima de las básicas compactas. También comentar que no me gusta revelar mucho las fotos, por lo que las fotos de esta review son los jpg que genera la cámara unicamentes con las marca de agua y la información de la foto , ya que es el único formato en el que guarda las fotos realizadas.

En mi caso, la compra se realizó debido a una oferta de amazon y la búsqueda de una cámara compacta que sustituyera a mi antigua compacta y que además, me permitiera llegar a sustituir a mi vieja reflex Nikon D60 en algunos momentos en los que quieres poder hacer fotos de calidad sin el engorro de llevar una reflex, como puede ser un viaje corto o una salida.

Las especificaciones que ofrece Sony sobre esta cámara se pueden encontrar en https://www.sony.es/electronics/camaras-compactas-cyber-shot/dsc-hx60-hx60v/specifications y cabría resaltar sus 20 Megas de resolución, zoom optico de 30 , ISO 80-3200, uso como sensor del CMOS Exmor R® tipo 1/2,3 (7,76 mm)

Son varias las cualidades que le he encontrado a lo largo del tiempo, una de las más importantes es la construcción y sensación de dureza que transmite. Tiene unos buenos acabados, con buenos materiales que hacer que el paso del tiempo no haga mella en ella, salvo por las marcas de guerra que pueda llegar a tener con caidas y un trato.

Sin duda, un gran aliciente es el tener un zoom optico tán grande que permite poder llegar donde pocas compactas llegan. He de decir también mi sensación es que las fotos sacadas al máximo de zoom pierden gran nitidez. Os adjunto unas fotos sacadas desde una de las partes más altas del estadio metropolitano para que os podáis hacer una idea.

La cámara tiene un montón de opciones, inclusive zapata para flash externo, wifi, posibilidad de instalar aplicaciones en ella y poder usar el movil como disparador inhalambrico. A pesar de tantas opciones y posibilidades, el menu para hacer una fotografía, se hace sencillo y una vez acostumbrado, rápido.

En cambio, esta rápidez no existe a la hora de mover el zoom o grabar imágenes en ráfagas en la memoria, y a la hora de encender y apagar la cámara.

Animado por su amplio rango a la hora de iso junto con el uso de un sensor que indican trabaja muy bien en fotos con algo de falta de luz. Buscaba suplir todas las carencias que podía tener una cámara tan antigua como la Niko D60 y su poco rango de iso. Si bien, la cámara en exteriores con luz de día hace unas fotos de calidad bastante buena, la realización de fotos de interior y nocturnas no ha llegado a mis espectativas. Aún así con algo de experiencia, tiempo para hacer la foto y y conocimiento, se puede suplir las pocas carencias que pueda tener con esta falta de luz.

Algo que me llamó poderosamente la atención ha sido el poco cuidado de Sony para mantener esta cámara. Según la web de Sony, hay una única versión de firmware, las app a instalar en la cámara, son escasa, la mayoria de pago y algunas carácterísticas como es la interacción con redes sociales, se ha perdido.

En conclusión, siendo una cámara muy interesante, sencilla, bien construída, con muchas opciones, con un zoom x30, si pudiera volver al momento de la compra, posiblemente me habría decantado por alguna contrincante siempre y cuando el precio hubiera sido similar a la ganga que supuso esta cámara.