Review de Kodak Printomatic

La definición que me ronda en la cabeza de esta cámara desde el momento que tiré la primera foto, es la de capricho prescindible.

Hace algunos años compré para regalo una Fujifilm Instax Mini 8 y siempre he tenido ganas de tener una cámara instantánea. Realmente, este tipo de cámaras no dejan de ser un capricho que te puede dar muy buenos ratos, crear recuerdos muy bonitos pero con el coste de la impresión de la fotografía.

Pero hace poco, a través de una página de fotografía descubrí la Kodak Printomatic. y me llamó bastante ciertos aspectos de la cámara que hicieron que me decidiera a comprarla.

*-. Permite el uso de una tarjeta de memoria para almacenar las fotos que se han hecho.

*-. La impresión de las fotografías es bastante rápida sin necesidad de esperar a que se vaya revelando poco a poco. Además, el papel que usa, KODAK ZINK, es también una pegatina.

*-. El tamaño de la cámara. Frente a otros modelos, esta cámara es casi tan pequeña como un móvil. Sus medidas son 119 x 76 x 23 mm

*-. Precio de la cámara, bastante comedido. En Amazon llevan un tiempo en continuas ofertas con precios por debajo de los 50 euros dependiendo del color de la cámara.

Con todos esos alicientes, me decidí a comprarla y de momento hemos usado alrededor de 4 carretes completos.

Para empezar, la cámara es ligera, muy plasticosa. Unido a la sencillez de la cámara, con dos botones, el de encendido y el de disparar hacen que parezca una cámara de juguete. El visor esta desplazado a un lateral y muestra más de lo que finalmente se imprime en la imagen.

Respecto a los botones, son tremendamente sensibles, por lo que a la hora de llevar, hay que tener un poco de cuidado. En mi caso, se ha llegado a encender y hacer alguna foto, entando metida en la mochila.

Sin duda, una de las cosas que más llama la atención es la ligereza y el tamaño. Aunque ya sabiendo las medidas, esperaba que fuera pequeña, en las manos se nota aún más , su tamaño y peso. La hace ideal para llevar a cualquier evento y ocasión. Es sin duda mucho más portable que sus competidoras.

En relación a eventos, creo que es quizás donde mejor se desenvuelve esta cámara, perfecta para días luminosos, cita con amigos y selfies pasándolo bien.

Poco más puedo decir bueno al respecto. así que paso a detallar las cosas que me han defraudado enormemente de esta cámara, que son dos:

*-. Calidad de imagen. Francamente escasa. Disparar con esta cámara es una lotería, tan pronto puede salir una foto con una calidad bastante decente, como salir una foto en la cual las caras están difuminadas. Para muestra, dejo una foto sacada en una playa en pleno mes de junio en la cual estábamos tratando de sacar el mar desde la orilla con unos barcos al fondo.

*-. Y la otra gran decepción. No almacena todas las fotos en la memoria. Es verdad que antes de comprar la cámara habíamos encontrado poca información al respecto y posteriormente en la documentación de la cámara tampoco encontramos gran cosa. El caso es que pensábamos que todas las fotos hechas, además de imprimirlas, se quedarían almacenadas en la tarjeta sd. Pero la realidad no es esa, es más, después de 4 carretes de 10 fotos aún no tenemos claro que fotos almacena y cuales no. Aparentemente solo almacena las fotos que no ha podido imprimir.

Por todo ello, en mi opinión, no merece la pena comprar esta cámara y si invertir un poco más en alguna de sus competidoras, como puede ser las de la marca Fujifilm, aunque sean más voluminosas y pesada. Creo que la mejor definición que podría darle es la de «un capricho prescindible«, que te dará buenos ratos que quedarán más en tu memoria que impresos por la cámara.

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