Congelando el momento en estudio

Nueva semana, nueva clase de fotogra´fía.

No he querido subir antes este post por no solaparlo con el de la Xtreme, no vaya a ser que mis seguidores se sientan abrumados con tanta información junta 😛

Bueno, volviendo al tema. Clase realmente divertida en la cual empezamos a usar el estudio fotográfico y el material, que en muchos casos como el mío no es accesible, ni espacio ni dinero.

La idea fue congelar el movimiento. La foto que ejemplarizaba la práctica era esta

Para intentar llegar a esta foto, lo hicimos del siguiente modo:

  • A nivel de espacio, usamos un fondo blanco y dos paneles negros formando un trapecio cuyo largo corto estaba más cercano al fondo blanco y el lado más largo donde nos ubicamos para la realización de la foto. el vaso usado, se puso sobre una pizarra de rotuladores blanca.
  • A nivel de luz, las fotos se hicieron con la habitación apagada, y dos puntos de luz, uno debajo de la mesa apuntando al fondo blanco y otro de manera lateral en una de las esquinas del lado largo del trapecio. Es decir, quedaba a un lado de los alumnos apuntando de manera diagonal la escena.
  • Las luces comentadas eran dos flashes sincronizados entre ello y a su vez, cuando fuimos disparando por turnos, sincronizando con nuestras cámaras. Sorprendentemente, se sincronizó sin problemas con mi nikon D60.
  • No solo era importante la sincronización entre cámara y flash, sino que el componente humano era tremendamente importante. Teníamos que capturar el momento en el cual el objeto ( en esta caso un dado) chocaba con el agua. Este dando era soltado por otro compañero a la voz de 3.

A nivel de fotografía medimos con un fotómetro y empezamos tirando con 160 y F11 como base, a partir de ahí, cada uno fue jugando buscando su mejor foto.

En mi caso creo que la que mejor salió fue esta:

El resto de la clase, fue ver al resto de compañeros, aprender de ellos y porqué no tratar de hacer alguna foto aprovechando el disparo de los demás. Claro esta que estas pruebas quedarían muy alejadas de lo que era el fin de la clase, pero aún así salieron cosas interesantes. Os dejo una.

Xtreme Challenge Madrid 2025. Conociendo las carreteras de Ávila

Otro año más he participado en la Xtreme Challenge en su versión Madrid.

Como en otras ocasiones, si leer no es lo tuyo, te dejo directamente el enlace al video y te puedes quedar aquí.

La verdad, a a nivel personal, ti tuviera que definirla con una sola palabra sería agridulce.

Lo mejor es que empiece por las cosas malas,, que tengo que aclarar desde el principio que son más personales que no de esta moto aventura.

  • La realización de la Xtreme Challenge nuevamente solo. Vaya por delante, que perfectamente se puede hacer solo, y que en los distintos puntos de control como en la comida podrás tener una charla amena con otros moteros. Mismamente yo, estoy más que acostumbrado a salir en moto e incluso hacer viajes solo. Pero también es verdad que en esta ocasión, he echado de menos algún amigo que compartiera esta aventura. Alguno porque ve una tontería pagar por hacer una ruta, otros porque no pueden hacer planes a tan largo plazo como es necesario por el tema de las inscripciones, etc… el caso es que ha sido una aventura en solitario.
  • Demasiado tiempo de la inscripción a la realización, que al menos a mí, me da tiempo a pasar por todos los estados de ánimo, desde la ilusión de la inscripción, a la pereza, al miedo, al nerviosismo de que no surja nada en la agenda que interfiera, y porque no, al estado de ánimo en el que estas el fin de semana, que no tiene porque ser el mismo a la de la inscripción
  • La no realización de la Ultra. En mi cabeza, esta sería mi última Xtreme Challenge y esperaba despedirme por todo lo alto, realizar la ruta más larga. Por desgracia, distintos motivos hicieron que llegara a la salida bastante tarde, tanto como para indicarme en la realización que solo podría empezar en el tramo rookie. Al final, hice un tramo de la rookie y el resto la Pro.
  • La comida organizada, francamente mejor que la anterior, pero al menos para mí, lejos de la calidad y cantidad de antaño. Vaya por delante que debido a mi aplv, queda descartado de antemano el probar la comida de allí, salvo la fruta y la bebida. Este año se volvió a realizar a las puertas de un camping y en algunos puntos de control tenían también comida.
  • Aumento de participantes, bajada de calidad. Empezar y acabar en el X-Madrid, es una pasada, si bien puede ser un poco estresante ya que al tráfico que generan 1000 motos, le sumas el tráfico habitual de un centro comercial en fin de semana en Madrid. Mi sensación es que el evento se diluye un poco con el escenario y que los participantes hemos perdido protagonismo. También tengo la sensación que ha medida de los años, el welcome pack ha ido teniendo altibajos, siendo este año un poco más pobre que otros, si bien tengo que decir que el buff me ha parecido de gran calidad.
  • Complejidad a la hora de seguir el track con google maps. En las primeras ediciones en las que participé, intenté usar la aplicación Gas biker que proponía la organización, siendo imposible. Por ello en todas las ediciones he optado por google maps. En esta ocasión sobre todo por tierras abulenses, se ha vuelto un poco loco y creo que más gente aparte de mí ha llegado a perderse.

No nos podemos quedar en los aspectos menos buenos del evento, puesto que también ha habido otros muchos muy buenos

  • Organización innovadora. Al menos en la edición de Madrid, cada año han tratado de cambiar de inicio y final así como de los trayectos y mejorar aspectos del años pasado. Se nota que aparte de ser un negocio, miman su producto y procuran que cada año no sea una repetición de anteriores.
  • La ruta. Simplemente espectacular. Quizás para motos deportivas haya carreteras en las que puedan pasarlo mal o no sean del todo apropiadas, pero sin duda, para la ingente cantidad de bmw gs que se pueden ver en el evento, son carreteras excepcionales.
  • Motos, motos y más motos. Si te gusta el motor y las motos, es un marco incomparable para ver en directo, motos, modelos, versiones, y customizaciones. Ver como le pueden quedar a tu motos esos puños por los que no acabas de decidirte o ver alguna Ducati de las menos usuales.
  • El buen rollo motero en general. En todos lados hay y habrá cafres, pero la verdad es que mi sensación es que el ambiente ha ido a mejor año a año. Siempre acabarás hablando con alguien, ya sea esperando a echar gasolina, ya sea en los puntos de control, en la comida, al inicio de la prueba, en el final, en los stands…. En mi caso, me eché un par de buenas charlas a cuenta de compartir modelo de moto con una para de moteros que me encontré a lo largo del día.

Aunque la ruta sea el sábado, el welcome pack se entrega el viernes por la tarde. Si haces la Xtreme y puedes, ve con tiempo ese día para poder disfrutar un poco de esta parte del evento.

El welcome pack, este año llevaba las pegatinas, un boli, un buff, una camiseta, y en mi caso una camiseta conmemorativa por ser de los primero inscritos y documentos varios de ofertas y publicidad. De paso, me he animado a hacer una pequeña prueba de Unboxing. Os la dejo para que os riais un poco 😛

Bueno, centrándonos en la ruta. Que decir; simplemente impresionante. Destacaría 3 momentos únicos de la ruta que hice en mi caso. El paso por el Paraje de Barbellido, El puerto de Peñanegra y los tramos que discurrieron por las zonas quemadas este verano.

Al final, saliendo y terminando en Madrid es muy complicado no coger un tramo de autovía que puede resultar aburrido, pero en este caso fue tremendamente divertido ya que coincidí con una concentración de harley davidson.

La etapa 1 de rookie de 116 kilómetros, abandonaba Madrid por Cenicientos para pasar por la provincia de Ávila y rápidamente ingresar a Castilla La Manche, donde tendríamos la primera parada en Iglesuela del Tietar. Esta fue quizás la etapa más aburrida.

Ya en dicho punto de control pude escoger en la etapa 2 la Pro, que aunque no era excesivamente larga, 140 kilómetros, al menos a mí se me atragantó acabando dando vueltas alrededor de Arenas de San Pedro. La ruta pasaba por Casavieja, Mijares, Arenas de San Pedro, Guisando ( me quedé con las ganas de buscar los Toros…) para acabar en el camping de Gredos. Que decir; la zona de Arenas de San pedro ya es disfrutona, y nos fue preparando para lo que se avecinaba.

Como comentaba, este tramo se me complico con el google maps y con la búsqueda del camping ya que la última referencia en el mapa era de Navarredonda de Gredos, cuando el camping no se encuentra en el pueblo. Eso hizo que tuviera que parar un par de veces a preguntar a otros moteros.

La comida se realizaba en el camping, No puedo contar mucho de ella, ya que debido a mi aplv (alergia a la proteína de la leche), tengo que tener mucho cuidado. Me pareció ver que constaba de patatas revolconas (un plato típico de la zona) con una pinta muy buena, pero quizás la ración un poco pequeña, bebida, y fruta. Poco puedo decir, pedí coger 2 manzanas, y una cocacola y ese fue mi avituallamiento. A pesar se eso, tengo que decir que me pareció mejor que el año anterior que fue un sitio impresionante, pero la comida y el trato un poco malo.

Con las fuerzas recuperadas, tocó el tramo que más me gustó sin duda. La etapa 3 era de 118 kilómetros a pesar de ser la ruta Pro que me llevó por carreteruchas increibles. Ya que has llegado hasta aquí, monta conmigo un ratito disfrutando de una de esas carreteras.

Este tramo discurrió por la carretera de acceso a gredos, para luego desviarse hacía el puerto de Peñanegra . Una verdadera delicia de carreteruchas de sierra y escenarios espectaculares. Sin duda las haré más veces.

En mi caso, aproveché para parar en este puerto y ver la zona de despegue

Acabado el puerto, pasamos por Piedrahita, donde dimos trabajo a las gasolineras del pueblo.

Un pequeño tramo de la N-110 que me conozco bastante bien a pesar de no haberla hecho con la moto hasta ahora para hacer de enlace con una nueva sucesión de carreteras comarcales, pasando por localidades como San Martín de la Vega, Navadijos u Hoyocasero hasta el destino final de este tramo que era Burgohondo.

Todo suele tener un fin, y esta Xtreme Challenge no iba a ser menos. La etapa 4 y última, resultó ser la misma para Pro y Rookie siendo de 112 kilómetros.

La vuelta aún nos deparó carreteras interesantes, pero ya más conocidas que nos hicieron pasar por localidades como Navaluenga, el Barraco, Cebreros, Colmenar de Arroyo o Brunete.

La llegada estaba situada en el X-Madrid, la entrega de diploma, sello del pasaporte y entraga de un vale por una consumición en El Kiosko se encontraba en la plaza interior del centro comercial.

Estoy seguro que más de uno alargó la Xtreme a una buena cena y charlas sobre el recorrido y la experiencia con sus acompañantes. La verdad, ese no fue mi caso, ya que el destino me había llevado a coincidir este evento con otro muy distinto por la noche. Pero eso, ya es otra historia

Al final lo que teóricamente eran 486 kilómetros, se convirtieron en los nada desdeñables 587 kilómetros.

¿Participaré en la próxima Xtreme Challenge edición Madrid? Quien sabe. Este año me he quedado con ganas de hacer otro viaje largo en moto y la semana de la Xtreme hubiera sido las fechas perfectas, pero tampoco me gustaría despedirme sin hacer alguna vez el recorrido Ultra… En fin, supongo que cuando vaya llegando la fecha de inscripción me decidiré.

Fotografiando bodegones vintage

Un nuevo lunes, una nueva clase de fotografía.

En esta ocasión , tratando de aprovechar el ratito de luz que aún hay a la hora de clase, nos centramos en la realización de bodegones en exterior.

Nunca ha sido un tipo de fotografía que haya practicado y se nota. Aparte, es la segunda clase y ya se me olvidó llevar el trípode, seguro que a lo largo del curso un día voy sin batería, otro sin tarjeta y otro sin cámara. Tiempo al tiempo.

La finalidad de la clase. Tratar de aprovechar la luz que había mediante el uso de reflectores caseros y espejos para fotografiar un objeto. El objeto, nada más y nada menos que mi cámara Werlisa color.

La verdad, no he quedado para nada contento. Partiendo que no es un estilo de fotografía que suela realizar, la poca luz que teníamos y disparar a mano alzada por olvidárseme el trípode, no estén mal pero espero que cuando hagamos cosas parecidas en el estudio, pueda captar mejor la luz y el objeto y quedar más contento.

Os dejo aquí un par de fotos

Aprendiendo de Alekséi Titarenko.

Para muchos de nosotros, el inicio no es el uno de enero, sino más bien el mes de septiembre donde se recupera la rutina y tras cuadrar agendas, puedes iniciar, recuperar, probar, algo.

En mi caso, este año ha sido la fotografía.

La primera práctica del curso es aprender la técnica usada por Alekséi Titarenko en algunas de sus obras más reconocidas.

Artista estadounidense nacido en Leningrado, entro en contacto con la fotografía a la edad de 8 años, y ahí sigue, porque en el momento de redacción de este post, esta vivo 😛 .

Parte de su obra se focaliza en la fotografía en blanco y negro, con tiempos largos de exposición con lo que logra convertir los objetos en movimiento en fantasmas que transcurren a lo largo de la fotografía.

Os dejo un análisis del fotografo realizado por Rober Tomás

También os dejo aquí su web

Mis conclusiones es que la técnica para lograr este tipo de fotografías, se basa principalmente en el tiempo de exposición para lograr generar ese movimiento y la apertura de diafragma para captar los detalles pero sobre todo para gestionar la luz y no «quemar» la foto

Después de 55 instantáneas a lo largo de la clase en la que aprovechamos el atardecer y el inicio de la noche con sus luces , tocaba vuelta a casa y el trabajo de selección de fotografía para la clase.

Finalmente la foto que elegí para presentar a mis compañeros fue esta.

De todas elegí esta, debido a que siento que el camino y las farolas me han ayudado a marcar la acción de las personas y por tanto la técnica. Así mismo la mezcla de urbanismo con un edificio de ladrillos blancos, acentuado por ser la foto en blanco y negro, con el jardín de árboles plasma el vivir de la localidad de la foto, donde aún se puede disfrutar de varias zonas verdes.

También os dejo otras dos fotos de la misma práctica.

Por desgracia, si bien la foto no me disgusta y buscaba precisamente ennmarcar el movimiento entre el edificio y el árbol, creo que la farola y la papelera principalmente se han convertido en el centro de atención. Además, hay personas que se «están fugando» de ese marco imaginario que buscaba, indefiniendo el tronco del árbol. También tengo la sensación que el uso del color en este caso, elimina parte del encanto de la foto.

Quizás esta haya sido la foto que más me ha gustado, era ya de noche y podemos observar las luces y el movimiento en primer plano. Además en este caso un movimiento de atrás hacía delante lo que te lleva a sumergirte en la oscuridad final de la foto. No la elegí, porque siento que al haber usado una iso alta, la foto me ha generado algo de ruido y a pesar de haber usado trípode, tengo la sensación de algo de trepidación.