Mi Coast to Coast 2024 particular.

Y nuevamente el año de la marmota. Debido a vicisitudes de la vida laboral, este año me he encontrado con un montón de horas libres por las horas extras realizadas.

Así que gracias a la comprensión y ayuda de mi familia, me embarqué en una nueva aventura en solitario.

La semana elegida, del 16 al 20 de septiembre como mucho. y como siempre muchas ideas/dudas/miedos en la cabeza. Hasta el punto que no empecé a hacer la reserva de hoteles hasta el día 15 de septiembre..

El plan al final, consistiría en bañarme en el Mediterráneo y en el Atlántico. Y rellenar los huecos hasta conseguir, tratando de parar y disfrutar de la fotografía con mi cámara digital ( una Nikon D60 del 2009, admito donaciones 😉 ), viendo lugares a los que posiblemente no arrastraría a mucha gente, y disfrutando de la soledad.

Una de las cosas a las que te obligas cuando viajas en moto, es tratar de minimizar el equipaje, siendo las cosas tecnológicas y la equitación de moto lo que sin duda más ocupa.

En Madrid, hacía fresquete y en principio las temperaturas ibas a ser suaves, por lo que decidí llevarme la equipación de invierno que es multicapa y los vaqueros de moto por si acaso. También las botas de moto. Ropa de calle, bañador, chanclas, zapatillas. La gopro 3+ silver que lleva conmigo un montón de años, mi nikon D60 y baterias y accesorios varios.

Todo ello iba repartido entre el cajón y mi petate Shad. En esta ocasión iba a dejar la moto cargada en más de una ocasión y alejarme de ella. Por lo que decidí hacerme con un par de candados y un par de cables de acero para por lo menos ponérselo complicado a los cacos. He algún tiempo descubrí unas bolsas metálicas para ponérselo un poco más difícil a los amigos de lo ajeno, pero el precio sumado a las pocas veces que lo usaría han hecho que buscara alternativas.

Día 1. Lunes. Madrid – Ronda.

Antes es la obligación que la devoción. Así que una vez terminadas las labores familiares, tocó cargar la moto y salir de Madrid. El destino final era la ciudad de Ronda. Harto de ver fotos de su famoso puente, quería verlo en directo por mis propios ojos.

Este primer día de moto, resultaría un poco monótono. ya que la inmensa mayoría del viaje discurrió por autovía.

La curiosidad mató al gato, y yo, podría estar muerto una y mil veces por mi curiosidad. Así que la primera parada fue en el archifamoso Casa Pepe de Almuradiel. Siempre que había salido en la tele o había visto algo relativo a este sitio, me parecía algo irreal. Así que tenía curiosidad en saber cuanto había de real y cuanto de leyenda.

Que decir, me llamó la atención la cantidad de coches que había en el parking, paré, estiré las piernas, asomé la cabeza y viendo la cantidad de gente haciendo cola para pedir, sumado a la poca luz, un ambiente asfixiante, recargado y extremista, volví a salir, me preparé y seguí camino. Mis ganas de almorzar habían desaparecido por completo. Sin duda, un sitio más que curioso, seas del signo político que seas. Será muy difícil quedarte indiferente si paras en él.

Finalmente paré a comer y echar gasolina en el Hotel Restaurante el Oasis. Sitio donde comer tranquilamente y hacer una pausa larga. Ya en esta parada, empezaba a notarse el viaje al sur y empezó mi particular striptease motero. Fuera camiseta técnica y forro térmico de la cazadora.

La parada también sirvió para realizar uno de mis primeros avistamientos de deportivos. Nada más y nada menos que un Ferrari Purosangue. Cuanto daño esta haciendo la cultura del suv!!!.

Seguí mi bajada al sur, por la autovía, avistando de vez en cuando señales de «Atención Linces» que en mis recorridos habituales nunca hay.

A medida que el día avanzaba y bajaba más hacía el sur, el calor apretaba, por lo que primero paré a quitarle el forro de lluvia a la cazadora y cuando ya no aguanté más, a quitarle el forro a los pantalones, algo que había estado evitando por el embrollo de tener que quitarme las botas, el bolso motero que va sujeto a la pierna, etc…

La idea inicial era que si iba con ganas y tiempo, parar en el caminito del rey para ver al menos algo por fuera, ya que hacía mucho había leído que para acceder a él, hay que pasar un túnel de tren. Finalmente lo dejé para otra ocasión, pero me sirvió para ir adentrándome por carreras más mundanas y menos frecuentadas, como fue el caso de la MA-5404 (que no se encuentra en google maps, y finalmente he encontrado como C-341).

Cuanto menos sorprendente dicha carretera, aparte de divertida, me dio la posibilidad de ver el «Tajo del molino» en una especie de pedanía y tener un ratito de charla con un furgonetero que se encontraba con su perro al fresco debajo del puente, tocando el Yembé y fumando un cigarro bien aliñado.

Comentamos lo bonito del sitio, y tras preguntarme de donde era y de donde venía, le conté mis planes de viaje. Curiosidades de la vida, el acababa de subir de uno de mis destinos y me pidió que tuviera cuidado con la moto pues hacía poco un amigo suyo había perdido la vida.

Esa sería mi última parada. Encharcado en sudo, cogí camino a Ronda, llegando a mi primer hotel. El Hotel San Franscisco resultó ser un acogedor hotel, ciclistas friendly y con una buena ubicación y a buen precio. ( recomiendo consultar su web para reservar). Por un pequeño suplemento, pude meter la moto en el parking de bicicletas, lo que me permitió poder descargar y cargar la moto de manera tranquila.

Ducha, dejar aireando la ropa de la moto, charla con el recepcionista para pedirle sugerencias y a patear Ronda.

De camino a la primera parada que era la plaza de toros, bajé por la calle más comercial, lo que me permitió hacer unas primeras compras típicas de turista La plaza de toros se encuentra al lado de la oficina de información.

Independientemente de si gustan los toros o no, Tiene un museo dedicado a la doma de caballos ya que la plaza fue construida como en anexo a la Real Maestranza de Caballería de Ronda . Una nueva anécdota de este viaje es que coincidí con un rodaje , por lo que la visita fue más entretenida aún viendo como lo preparaban.

Luego vendría el plato fuerte, visitas el Puente nuevo . Se puede ver desde varios sitios y es un puente en uso, por lo que se puede cruzar, pero sin duda su majestuosidad solo puede ser observada desde la parte inferior, por lo cual recomendaría llevar algo de agua, calzado cómodo ganas de andar y si vas a verlo al anochecer como yo, una linterna pequeña.

Por fin cumplí una de mis metas en este viaje. La única razón por la que cargué con el trípode todo el viaje, fue poder hacer alguna foto nocturna al puente. Si bien, los resultados no han sido los esperados, la tranquilidad que me transmitió ver atardecer en las paredes del puente es inexplicable.

Tras una costosa subida, cené en Pura cepa . Recomendaría hacer uso de su zona interior, más tranquila que la terraza, y disfrutar de la visión del amplísimo catálogo de vinos que tiene como del hall del hotel al que pertenece.

Paseo nocturno y a dormir. Este lunes se había saldado con un paseo por Ronda de unos 6 kilómetros y 617 kilómetros.

Día 2. Martes. Ronda – Tarifa.

Hoy era el día grande del viaje. El motivo y fin último del mismo. Un Coast to Coast en mi cabeza no esta hecho, si no esta acompañado de un baño en cada uno y hoy era el día elegido. Bajar de Ronda hacia Málaga, bañarme en el mediterráneo, llegar a Tarifa y bañarme en el Atlántico. El resto del viaje, era un regalo, eran guindas de uno de los mejores pasteles que un aplv pudiera comer.

Aproveché la situación del hotel para dar un paseo por Ronda antes de coger la A-397.

Esta carretera, estrecha, con líneas eternas continuas, unas vistas de la sierra malagueña, me depararía un par de sorpresas antes de llevarme a uno de mis destinos. La principal sorpresa fue que esta carretera pasa por la urbanización La Zagaleta . Supongo que el motivo del resto de sorpresas es precisamente que este ese refugio de millonarios en dicha carretera. Un par de controles de carretera, uno al principio y otro al final del tramo que discurre más cercano a esta urbanización. Ya se sabe, que no le falte de nada a los ricos….

Al poco llegué a uno de mis destinos marcados. Llevaba tiempo queriendo ver como era el puerto de Puerto Banus y si destilaba el lujo que desde fuera parece y ver algunos superdeportivos.

Aparqué en el exterior de la zona del puerto tras haber dado un par de vueltas con el afán de encontrar un sitio que me pareciera seguro. Con la equipación de moto y el casco a cuestas, pero dejando el resto del equipaje en la moto. Esta era una situación de las que antes del viaje me preocupaba, y motivo por el que había comprado un par de candados y un par de cables de acero.

Puerto Banus , un sitio bastante curioso. Mucho pobre visitante como yo, viendo como ricos alejados de la realidad viven y gastan en su burbuja.

En fín, no tengo mucho más que contar al respecto, salvo decir que cumplí mi objetivo, ver superdeportivos y yates que solo podría comprar juntando el salario de mil vidas con suerte. Os dejo aquí algunas fotos.

Es una muestra de los coches que vi. A lo largo del tiempo, iré subiendo otras fotos de coches a mi instagram, por lo que si te gustan los coches, te invito a que lo visites.

Una vez hecha la visita y paseado un poco por allí, me volví a poner en marcha. Como persona de interior, siento una felicidad especial, estando cerca del mar, por lo que cogí la A-7 buscando un sitio donde cumplir la mitad del plan. Bañarme en el Mediterráneo.

Como este viaje, se trataba de hacer cosas diferentes, que quizás acompañado sería más complicado, abandoné mi búsqueda de playa nudista en el Mediterráneo, y acabé parando en la Urbanización Arroyo Vaquero. Ahora, buscando donde me bañé para ponerlo en el blog veo los precios de las viviendas. ¡¡¡ Ya decía yo, que tenían buena pinta!!!! . No sé que les parecería que de la nada apareciera un aprendiz de naturista y se diera un baño xD.

Después del baño, secarse, volverse a poner la equipación tocó reiniciar la marcha pensando en donde parar a comer. La verdad es que en el tema comida he ido totalmente a la aventura algo que quizás para un aplv puede ser un poco locura, pero aquí seguimos y sin llevarme ningún susto en el viaje.

Finalmente a la altura de Manilva paré en Seaside Grill & Bar . Situado en lo alto de un acantilado , tiene una vista privilegiada. Parece increíble que estando al pie de la carretera, su terraza sea un remanso de paz. Un plato combinado que constaba de un filete de pollo, patata asada y ensalada, acompañado de una Pepsi y rematando con un café con hielo. Posiblemente habrá sitios mejores, los habrá más baratos, con una carta de alérgenos mucho mejor, pero yo, ese día, salí encantado y con la idea que repetiría.

Seguí por la A-7 hasta enlazar con la N-340 en Algeciras. Desconozco si era porque ya estaba un poco cansado, si por el calor, si por sufrir atascos cuando pensaba que no tendría ninguno, pero Algeciras, desde la moto no me gustó. No lo pateé y he visto en google que hay varios sitios que me podrían gustar, pero la realidad es que a día de hoy, no es una ciudad que me llamé para visitar.

Aunque pensaba haber llegado al hotel sin parar, Acabé parando en el Observatorio de Aves de Cazalla perteneciente a Tarifa. La verdad es que no se si paré impulsado por las vistas y pensando que serían increíbles ( como así fueron) o si paré debido al viento que había y que me trajo los malos recuerdos del viaje del año pasado.

Finalmente tras 133 kilómetros llegué al Hostal El Levante. La rutina era la misma. Check-in, despojarme de la equipación de moto que tuve aireando durante mi estancia en Tarifa, y salir a conocer el lugar.

Respecto al Hostal, un bungalow amplio, con un aseo bastante apañado, limpio, con una terracita con mesas y sillas. Personalmente me evocaba a las películas americanas. El personal, muy atento y el hostal estaba a rebosar de aficionados a la ornitología, lo que hacía una delicia para un aficionado a la fotografía, ver como preparaban sus cámaras y teleobjetivos. Sin duda, es un sitio en el que volvería a reservar, ahora bien como aviso a navegantes: Es más un B&B, por lo que no esperes servicios fuera del horario de desayuno. Y como creo que ocurre en todos los hoteles y hostales de la zona, estas obligado a usar vehículo.

Para completar la jornada, me faltaba la segunda costa del Coast to Coast. Pregunté a la recepcionista por una playa nudista y me comentó que no sabía a ciencia cierta, pero que le sonaba que en playa Bolonia había una zona nudista.

Dicho y hecho. Cuando llegué a la playa, coincidí con una patrulla de la policía municipal. Apremiado por la hora ya que eran más de las 18, les paré y pregunté por la zona nudista. Muy amablemente, me indicaron cual era y me aseguraron que la zona es segura y tranquila.

Una vez cumplido el objetivo del viaje, paseé tranquilamente por la playa, viendo una de los muchos búnkeres que hay en esta zona, así como por las zonas protegidas para la fauna y flora. Un sitio así y el haber completado el plan inicial del viaje, merecía hidratarse de la manera más adecuada. Creo hasta el momento es la cerveza que mejor me ha sabido en la vida!!

Ya atardeciendo, fui a visitar Tarifa. Paseé por sus calle para acabar dando a la isla de Tarifa. Una pena que estuviera cerrada y que no entrase en mis planes visitar el pueblo más que ese día. Pero al menos, si que hice la foto que todo el que ha ido allí tiene.

Como curiosidad. Me encontré con un motero que se atrevió a llevar la moto hasta ese punto y al que le hice las fotos. Estuvimos charlando unos minutos allí. No creo que jamás de con este blog, pero espero que las fotos al anochecer que le hice, salieran como querían.

Ya de vuelta al hostal, cené en un restaurante que la propia recepcionista me había recomendado. Pachamama . Sitio amplio, con terraza, buen ambiente y podría ser que sitio de moda por la afluencia de gente de la zona. Me gustó y me pillaba tan cerca del hostal que al día siguiente repetiría.

Al final, este martes termino con alrededor de 150 kilómetros en moto y un paseo por Tarifa de 6 kilómetros.

Día 3. Miércoles. Tarifa – Gibraltar – Tarifa.

Hoy era el día perfecto para iniciar la reconquista de Gibraltar a lomos de mi V-strom. Bueno, hubiera sido el día perfecto si no me hubiera dejado los papeles de la moto en el taller cuando hice la revisión. Así que mis planes de cruzar una frontera con la moto, quedaron descartados. La moto se quedó en España y yo ,conocí Gibraltar.

No me apetecía repetir mucho carretera, por lo que intenté ir hacía el interior y así evitar un poco el aire. Al final, no lo logré, pero descubrí la CA-9210 que es una carretera estrecha, con un poco de pendiente, que discurre entre fincas y en la cual pasar un buen rato motero despreocupado. También sirvió para poder parar en un parque eólico y tirar algunas fotos a la moto en ese paraje y a los molinos.

Atasco nuevamente en Algeciras y directos a Gibraltar.

El viaje en moto del día 3 se reduce exclusivamente a un viaje del punto A al B y vuelta. Si bien la ida fue más entretenidoa. La vuelta fue ya rutina; atasco al cruzar Algeciras, viento en el puerto que se hace de camino a Tarifa…

Merece la pena patear Gibraltar. Te dejo lo que considero un «must» si vas:

  • Cruzar andando para así cruzar a pie la pista del aeropuerto.
  • Llevar calzado cómodo e ir pronto si vas a estar solo un día es casi obligatorio. En mi caso, me dejé mucho por patear. Sin duda volver´é.
  • Si te gusta la fotografía, y tienes una reflex, llévate un objetivo versátil. Estoy seguro que querrás hacer fotos a las cabinas, algo de street, a los monos, pero también en la cima del peñón, a las vistas y detalles como el aeropuerto, el campo de futbol, barcos, etc….

Después de la pateada No tenía muchas ganas de turisteo y no tenía claro que haría al día siguiente. Si Tarifa- Madrid o haría noche en otro sitio, ya que empezaban a dar avisos de lluvia. Así vuelta a la moto, atasco en Algeciras, cena en Pachamama y a dormir.

El día se acabo con 140 kilómetros de moto y 17 de paso andando.

Dia 4. Jueves Tarifa – Puebla del Alcocer

La televisión anunciaba lluvias. y ya no me quedaba mucho apuntado que hacer, o mejor dicho, poco de lo que tengo apuntado, me venía realmente bien.

Tenía claro que quería pasar el Guadalquivir en barca desde que supe que se podía hacer. Una vez hecho eso, ya decidiría que hacer, si tirar a Madrid directamente o quedarme en algún sitio y hacer noche.

Y así hice, desayuno, cargar la moto, check-out, y nuevamente a la n-340 esta vez dirección Cádiz, lo que me permitió disfrutar de esta carretera que discurre paralela al mar. Posteriormente autovía hasta llegar cerca de Coria del Rio. Sitio donde se coge el ferry.

Para un viajero no aventurero, para un dominguero de la vida, es una oportunidad única. Por solo 2,5 euros la moto, tienes la experiencia de, esperar un ferry, montar en él, cruzar un rio, y sacar la moto del ferry. Vives el «miedo» de pasar con la moto por una plataforma totalmente metálica, es decir, adherencia la justa. Y te explota la cabeza, porque cuando cruzas el rio, el barco no describe una trayectoria recta. Y todo eso, cerca de Sevilla y con un precio más que ajustado. Os dejo la web de la empresa que gestiona el viaje aqui. Y lo mejor de todo, es como un transporte publico, es decir con un horario bastante amplio y continuado.

Una vez hecha la jaimitada. tome rumbo a Madrid, sin tener muy claro que hacer. Crucé por las afueras Sevilla y cogí la A-66, también llamada ruta de la plata.

Cuando paré a comer, en un bar restaurante cerca de Monesterio, tuve claro que anochecería antes de llegar a Madrid, y revisando los sitios guardados a visitar alguna vez, replanifiqué el viaje.

Llamé a un hotel que tenía echado el ojo en Puebla del Alcocer, reservé, y cogí carreteras secundarias con el fin de realizar la segunda «locura» del día.

Atravesé pueblos como Bienvenida o Helechal camino a La Siberia, donde se encuentra la mayor «rotonda» de europa que sirve para salvar el Cerro Masatrigo.

Sin duda es algo digno de ver. Apúntatelo, y si alguna vez pasas cerca, vete a hacerla. Una rotonda de 2,6 kilómetros de diámetro, de sentido único y solo 2 salidas.

Ya estaba cerca del destino final del día. Aprovechando que aún quedaba luz, pasé antes de hacer el check-in por el castillo de Puebla del Alcocer. Totalmente recomendable puesto que esta a medio camino de recuperación y medio derruido. Muy lejos de aquellos castillos reformados y totalmente recuperados, te permite dar un paseo tranquilo y admirar sus vistas.

Realicé el check-in en el hotel Balhondo Open Village justo a tiempo ya que empezaban a oirse truenos y caer las primeras gotas. Un sitio con mucho encanto, y que sin duda se disfruta muchísimo más si hay gente. Una recepción y zona común preciosa. La habitación espaciosa, y cómoda. Tras la rutina de los ´´ultimos días, me lancé a la búsqueda de un sitio para cenar, lo que acabo suponiendo un paseo hasta las afueras del pueblo, siempre con la amenaza de la lluvía. Por suerte encontré el El anafre donde pude disfrutar de un unos huevos con patatas y jamón tamaño XXXL rodeado de paisanos viendo el futbol.

Mi cuarto día finalizó con alrededor de 500 kilómetros en moto y unos 5 kilómetros de paseo.

Día 5. Puebla del Alcocer – Madrid

Ya tocaba volver a casa. La idea era llegar para la hora de la comida, pero el día se fue complicando….

Curiosamente, los dos únicos clientes del hotel esa noche, éramos moteros. Vi una triumph con matricula francesa al lado del hotel, pero no pensé en ese momento que estaría alojada en el hotel. Por desgracia, cuando bajé a desayunar ya acababa de cargar su moto y solo pude oir rugir su motor y marcharse.

El día se había levantado tan feo como terminó el día anterior, una pequeña llovizna continua y muchas nubes oscuras que amenazaban más agua.

Después de un buen desayuno, y un paseo por la planta baja del hotel procedí a vestirme de motero, cargar la moto y retomar mi camino.

Salí del pueblo y busqué la N-502 para subir hacía Madrid. Había parado de llover y me estaba respetando la lluvia. El viaje transcurría con normalidad, ensimismado en mis pensamientos, hasta que de repente saltó una alarma en mi cabeza al ver un letrero anunciando Valdecaballeros.

Tengo muchas inquietudes, algunas más raras que otras todo hay que decirlo. El caso es que ese nombre estaba en mi cabeza. Paré y confirmé en internet el motivo por el que lo tenía en la cabeza.

Resulta que en dicho pueblo, hay una central nuclear en estado de semiabandono que no llegó a ponerse en funcionamiento nunca. Os dejo un pequeño reportaje de El confidencial y de paso os recomiendo su sección dedicada a arquitectura y urbanismo.

Por lo que había leído en su día y mirado en google maps, se podía llegar muy cerca de las instalación sin tener que realizar ninguna locura como saltar vallas y/o colarse.

Mi recomendación, usad vuestro instinto y la vista aérea de google maps y no tanto donde esta marcado ya que la ubicación es errónea. A mi me supuso pillar algo de camino, mojado , hasta que paré a hablar con un paisano de la zona que me sacó de mi error.

Hay varios puntos donde observar la central. Por desgracia yo iba con tiempo, por lo que decidí solo acercarme por la zona de la balsa de agua que teóricamente se iba a utilizar en la central.

Si por un casual, vas por allí, te llevas de regalo, pasar por un campo de tiro. Sabiendo lo que me depararía el futuro, hubiera aprovechado a pararme y cotillear más la zona; tanto la presa como el campo de tiro y el fortín que marca en google maps.

Una vez hechas fotos, y disfrutado del momento y lugar, retomé el viaje en dirección Castiblanco y posteriormente Guadisa, hasta llegar al embalse de Cijara.

La ruta no discurría por encima de la presa, pero quien se puede negar a cruzar una presa y admirar la obra de ingeniería que supone.

Ese, fue el inicio del fin de mi viaje. Crucé la presa, di media vuelta y retomé el camino hacía Puerto Rey.

Empecé a notar que algo raro sucedía. Empezaba a encontrarme incómodo sobre la moto, y notaba algo extraño. Inicialmente pensé que podría ser algo mental, quizás el cansancio, quizás el mal estado de la carretera. Pero, sentía que algo más había, y tanto que lo había….

Por desgracia, la cubierta se había rajado. busqué en el cajón trapo, agua y el liquido reparapinchazos. Limpié la zona, revisé todo y seguí las instrucciones. No se si sería porque el bote tenía mucho tiempo, si era demasiado grande, el caso es que tenía la sensación que se había salido más que lo que había entrado.

Comprobé que la rueda se había hinchado, guardé todo y salí en busca de una gasolinera para poder hincharla con la idea de que así podría acabar de solucionarlo.

Por desgracia, la moto empezó a hacer extraños de nuevo, y la rueda empezó a perder aire y líquido.

Finalmente, y teniendo por delante un pequeño puerto de montaña, decidí parar y tirar de seguro.

Que mundo el de los seguros, no sé si seré el único que lo piensa, pero para cobrar y subir la cuota aunque no hayas dado un parte, aunque seas un mas mayor, tengas un año más de experiencia y tu vehículo sea más antiguo, no tienen problema alguno, pero a la hora de hacer uso de ellos, la única sensación que tienes es la que te están estafando.

Después de media docena de llamadas al seguro, a la correduría, a la empresa de grúas, de hablar con el taller en Madrid, de pagar un suplemento porque el seguro no cubría todos los kilómetros, cerca de 3 horas en la entrada de una finca, a ratos lloviendo y a ratos no….. por fin, cargamos la moto en la grúa y pusimos dirección a Madrid.

Finalmente mi viaje acabó con 1590 Kilómetros.

La verdad, es que a pesar de todo, ha sido un viaje fantástico. Irrealizable sin mi familia, que no solo me apoya, sino que es quien me anima a hacer cosas así.

Espero poder visitar muchos más de los sitios que tengo apuntados, y si es en moto, mucho mejor. Y para ello, hay que prepararse. Adiós a los botes reparapinchazos y hola a un kit de reparación!!

Si por algún casual, estas leyendo esto y alguna vez te has planteado hacer un viaje en moto solo y no te atreves, solo puedo decirte que ¡LO HAGAS!. En mi caso, son viajes reparadores, momentos de disfrute motero, aderezado con conocer sitios nuevos, charlas con gente con la que en otras situaciones no hablarías y de introspección.

Quizás el año que viene sea la vencida y salga y vuelva a casa montado en mi moto!!!!

Gracias por llegar hasta aquí.

Os dejo el video del viaje