Vaya por delante, que en esta ocasión no pondré fotos de los resultados. El motivo es salvaguardar la privacidad de los compañeros del curso ya que en esta ocasión nos olvidamos del maniquí para posar nosotros mismos a ratos.
Podría poner una foto de las que me han hecho a mi…. podría; pero creo que perdería la gracia ya que la foto no habría sido hecha por mi. Además, para que engañarnos, tampoco me gusta mucho salir en fotos ni publicar mi cara por internet.
Respecto al retrato, la verdad es que nos quedamos con seguir probando cosas con la luz la semana pasada y además, hubo compañeros que habían faltado, así que gran parte de la clase se dirigió a montar el mismo esquema de luces, pero en esta ocasión situando la luz principal en la parte izquierda y no en la derecha.
En el tramo final, tenía en la cabeza la foto de «La cara del mal» del fotógrafo Arnold Newman y su historia.
Pregunté al profesor como se podía hacer este retrato, y la verdad es que no solo, lo comentamos, sino que llevamos a cabo nuestra propia reinterpretación con los materiales que teníamos.
